lunes, 18 de julio de 2016

Bariloche - Días 1.5, 2 y 3

De Bahía Blanca quedó por contar la cena. Recomendados por la gente de el hotel fuimos a El Mundo de la Parrilla, a dos cuadras del hotel, donde nos atendieron excelente y nos sirvieron una muy buena parrillada. Dos cosas pudimos apreciar en el recorrido: las ochavas de Bahía Blanca son en su mayoría circulares y hay en algunas esquinas unas cosas verdes que parecen buzones que no tenemos idea de que serían. El único problema fue dormir. El hotel estaba en la misma manzana de una boliche y nuestro cuarto daba hacia ahí. De 3:00 a 5:30 el temblequeo de la ventana por los bajos no me dejó descansar.

A la mañana siguiente partimos hacia Neuquén. Bahía Blanca nos despidió con una helada y temperatura de -1°C. La vegetación también cambió, pasando de los típicos campos pampeanos a la estepa patagónica. Una vez que tomamos la ruta 22 y pasamos la ciudad de Médanos la ruta se convirtió en una recta interminable, con solo dos curvas hasta llegar al río Colorado y ninguna entre el río Colorado y la entrada a Choele Choel . Si bien la parada que tenía prevista era en Choele Choel, habiendo cargado en Cnel. Dorrego tenía nafta suficiente para llegar a Río Colorado y cargar ahí nafta a precio patagónico, más barata. Lamentablemente cuando llegamos a la YPF de Río Colorado no tenían nafta, por lo que tuvimos que volver a cruzar el río para cargar en la Petrobrás de La Adela. Por suerte ahí tenían nafta porque de lo contrario íbamos a tener que ir a 60 Km/h para poder llegar a Choele Choel.

En Choele Choel paramos a cargar nafta en el ACA, pero no tenían para comer más que sandwiches de miga, por lo que volvimos a una YPF unos metros más atras y terminamos almorzando en el restaurant. Milanesas para los peques, tortilla para Vane y omelette para mi. esta vez la nota la dió Tomi, que le agarró ganas de vomitar y, como yo estaba en el baño, vomitó la puerta. Fuera de eso, el viaje hasta Villa Regina (muy linda ciudad) fue con poco tráfico y de ahí hasta Gral. Roca era autovía, así que fuimos tranquilos. El problema fue que el tramo a la salida de Gral. Roca estaba en construcción, por lo que de ahí a Neuquén era una ruta mano y contramano, llena de tráfico y camiones por lo que tardamos bastante en llegar.

Llegando ya a Neuquén empecé a sentirme mal y en el hotel se me desató una gastroenteritis terrible. No se si fue el omelette (lo vomité hasta la mañana siguiente) o si Victor me contagió de algo viral que se pescó antes de salir, pero me pasé la noche con un dolor de estómago fuertísimo y vomitando cada dos horas, más o menos. Por suerte desde las 18 hasta las 9 estuve durmiendo de a ratos, por lo que a pesar de todo descansé bastante. Dado que no estaba como para ir a cenar, me pegué una escapada a un McDonalds cercano y compré hamburguesas simples para los peques y en la YPF de al lado sandwiches para Vane y para mi.

A la mañana siguiente salimos para nuestro tramo final. La salida de Neuquén fue nuevamente complicada con el tráfico hasta que salimos de la ruta 22 y tomamos la 237. Pocos kilómetros después nos desviamos hacia El Chocón para visitar el museo peleontológico, donde tienen varias réplicas de fósiles encontrados en la zona, incluyendo un carnotauro y un giganotosaurio, lo cual emocionó bastante a los nenes, particularmente a Victor. Seguimos rumbo a Piedra del Águila atravesando la estepa por caminos mayormente rectos y paramos ahí a cargar nafta. Nuevamente la YPF nos falló con la comida y terminamos encargando unos sandwiches en un restaurante cercano.

El tramo siguiente, el último del viaje, fue por lejos el más lindo. Primero fuimos subiendo por la ruta y nos metimos en las nubes. Luego empezaron los paisajes nevados de la estepa a la vera de la ruta. Posteriormente bajamos hacia el valle del Limay y desde la confluencia con el Traful (un lugar hermoso) fuimos siguiendo el valle del río en medio de pinos, formaciones de piedra y picos nevados. Finalmente llegamos al Nahuel Huapi y llegamos a Bariloche. La belleza del recorrido es para vivirla, no alcanzan las palabras para describirla.

Ya en Bariloche llegamos a los bungalows. Da toda la impresión de ser un conjunto de casas de familia reconvertidas para alquiler a turistas, ya que tienen una ambientación muy hogareña. Aprovechamos para bajar a la playa y recorrer un poco la orilla del lago. Mañana será el turno de la nieve.

1 comentario:

La brujita viajera dijo...

Es de extrañar que ustedes tres hayan tenido el tema del vómito. Evidente que tiene que ver o con la comida o con la bebida, ojo con eso, tomen agua mineral y vigilen bien lo que pidan para comer.
Por suerte ya están en Bariloche y ahora todo será diversión sin problemas de nafta, rutas en arreglo y camiones.
Que se diviertan mucho jugando con la nieve. Besotes.