Arrivederci Milano, Hola Barcelona!
Nos levantamos muy temprano para hacer el check-out del hotel e ir al aeropuerto de Linate, un viaje por cierto muy corto. El aeropuerto estaba lleno de gente tomando los primeros vuelos del día a donde quiera que sea que fueran, entre ellos a Madrid. Dado que dejamos el hotel antes que abriera el comedor, desayunamos en el aeropuerto en el Caffe Motta, versión aeroportuaria de un típico café europeo. En mi caso me pedí un ciocolatto (al mejor estilo español, pero amarguito) y una brioche con pastelera de pistachos (ñam, ñam). El aeropuerto estaba bastante abarrotado de gente y de tiendas, al punto que parecía mas bien un shopping al que se llega en avión en vez de auto.
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Cosas que se ven en el aeropuerto... |
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Un Caffe Italiano |
El abordaje del vuelo fue un caos, como corresponde al lugar, y para colmo cuando llegué a mi asiento me lo encontré ocupado por una familia italiana. La azafata (española), mientras los insultaba cordialmente por hacer el check-in a último momento usando a las criaturas de rehenes para conseguir luego mejores asientos, me reubicó en un asiento de salida de emergencia. Nada de que quejarse: viajé comodísimo y hasta pude dormir un poco.
Llegamos a Barajas y separamos rumbos. Viviana y José a Bilbao, Luis y yo a Barcelona. Teníamos un rato y aprovechamos para almorzar allí, en mi caso baguetines de jamón y de chorizo. El de tortilla de papa lo reservo para la vuelta. El vuelo a Barcelona fue incómodo pero rápido y luego de caminar bastante (llegamos en el shuttle MAD - BCN, que desembarca en la otra punta del aeropuerto) arribamos al shopping. Si, el aeropuerto de Barcelo se parece mas al Dot que a un aeropuerto.
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Dot Barcelona Airport |
A la salida del aeropuerto nos encontramos con Paulo, uno de nuestros guías locales, y de allí nos tomamos un taxi a la planta. El tema de la independencia de Catalunia se ve que esta a flor de piel aquí pues al mencionar que yo era ciudadano español el tachero se lanzó en una catarata de recriminaciones en contra de los independentistas y a favor de la unidad de España. Es cierto que de las ventanas y balcones se ven colgar bastantes banderas. La mayoría son catalanas, señalando el apoyo a la independencia, pero las hay también españolas de tanto en tanto.
En la planta nos esperaba Aitor, quien fue el que organizó todo y n os presentó a Joan, el gerente de la planta quien resultó ser un catalán barbudo, cincuentón, jocoso y amante de la buena comida. En fin, una versión algo mayor y mediterránea de este servidor, quien se sintió muy identificado. Si algo aprendí en este viaje es que los gerentes de planta solemos estar cortados por la misma tijera. Tanto Roger como Stefano en Italia compartían los mismos rasgos, pero en Joan todo era mas grandilocuente. La verdad que mas allá de ver muchas cosas interesantes (y más cercanas a nuestra realidad que la idealidad de Milán) la pasé bárbaro.
Volvimos al hotel y a las 20:00 nos fuimos de tapas. Recorrimos un poco de Badalona, incluyendo su rambla, una preciosa explanada frenqueada por palmeras y separa del mar por una vía de tren (lo que????). Si, si, si. Imaginensé si del otro lado de cualquiera de las costaneras desde San Clemente a Mar Azul en vez de dunas estuviera el Sarmiento y luego, si, la playa. Para llegar a la arena hay entonces que pasar por debajo de las vías en unos túneles peatonales que hay de tanto en tanto. Se ve tan desubicado e impráctico como suena, aunque supongo que viajar en ese tren debe ser precioso.
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La Rambla. A la izq., el tren. |
Recorrimos luego una peatonal (todo el centro lo es) hasta llegar a un restaurante frente al Consistorio de Badalona (Ayuntamiento, si quieren) donde pedimos unas tapas. Hubo anchoas con olivas, quesos, chipirones, pulpo a la gallega, patatas bravas no tan bravas y gambas al ajillo. Todo acompañado de pantomata, unos panes tostados que te los servian con dientes de ajo fresco y tomates para que uno los frote y lo deje a su gusto. Todo regado de vino tinto local y con crema catalana (obvio) de postre. 12 puntos.
Y eso es todo por hoy. Mañana será otro día.