viernes, 22 de julio de 2016

Bariloche - Día 6

Después de la lluvia, vino el sol. El día amaneció muy frío pero soleado, así que decidimos hacer hoy la excursión lacustre a Isla Victoria y Bosque de Arrayanes.

Luego de desayunar partimos a las apuradas hacia Puerto Pañuelo ya que nos habíamos levantado bastante tarde y el barco salía a las 10:00. Al salir encontramos que los charquitos de lluvia de ayer se habían congelado, para el deleite de los nenes que se pudieron a "chapotear" en el hielo. También se había congelado el agua sobre el auto, incluido el parabrisas que tenía una capa blanca cubriéndolo.

Llegamos a Puerto Pañuelo a tiempo pero ya no había lugares. El catamarán Cau Cau no tenía lugares en todo el día mientras que el barco Modesta Victoria sólo tenía lugares en la excursión de la tarde y sólo iba al Bosque de Arrayanes porque en Isla Victoria no había suficiente agua en el puerto. Compramos los boletos y nos volvimos. En el trayecto les preguntamos a los chicos si se animaban a subir en aerosilla al Cerro Campanario. Como dijeron que sí, alla fuimos.

La subida (no apta para Mamá) la hice con Tomi y Victor fue con Vane. Tomi estaba un poco preocupado por qué pasaría si nos caíamos. Como estábamos a unos 6 metros de altura, le dije que probablemente nos golpearíamos un poco pero nada muy grave. Igual estuvo tranquilo. Arriba nos esperaban vistas espectaculares y más hielo donde Tomi se dedicó a jugar. Bajé con Victor, que estaba re tranquilo, sentadito quieto mirando el paisaje (menos apto para Mamá todavía). A los nenes les gustó mucho la experiencia.





A la tarde fue el turno de la excursión lacustre. Luego de una cola enorme para pagar la tasa de embarque nos subimos al Modesta Victoria, embarcación histórica que navega el Nahuel Huapi desde 1938. La verdad, fue mucho más bonito el viaje que si hubiese sido en catamarán. Como el clima estaba lindo fuimos casi todo el tiempo en la cubierta de proa admirando el paisaje mientras los peques jugaban a los piratas entre las cosas que estaban en cubierta. El lago estaba muy calmo y la vista despejada, así que pudimos disfrutar mucho el viaje.

Llegamos a la península Quetrihué, recorrimos el bosque por el sendero (¿hace falta que diga por enésima vez que todo es hermoso?), recorrimos un poco la playa y de ahí volvimos al barco. Como fuimos de los primeros en llegar (el barco estaba completo) pudimos conseguir una mesita en la zona de popa donde nos sentamos a tomar unos mates. Después volvimos a salir a cubierta para el paso por la Isla Centinela, donde descansan los restos del perito Moreno. El barco puso los motores al mínimo y tocó tres bocinas para saludarlo, en una ceremonia que fue muy emotiva.










De a poquito se acercaban desde la cordillera las nubes que presagiaban nieve para el día siguiente. Llegamos a Puerto Pañuelo y volvimos a casa. Nos esperaba un gran día

1 comentario:

La brujita viajera dijo...

Qué hermosas experiencias están viviendo!!! estoy súper feliz por ustedes.
Me alegra mucho también saber que mis nietos no tienen mi vértigo y pueden disfrutar de cosas que yo no…tal como lo mencionas en tu relato.
Besotes miles para los cuatro.